Discurso 11 de septiembre

Conmemoración 11 de septiembre

Lo que nos convoca acá esta noche, no es para condenar ni para hacer juicios valóricos de quienes lo hicieron bien y quienes lo hicieron mal, por que sabemos que la historia nos ha hecho sacar nuestras propias conclusiones de los acontecimientos ocurridos. Lo que nos reúne a nosotros los Humanistas de San Antonio y los simpatizantes aquí presente es para pensar, analizar y reestudiar el por qué del final de una historia que nace, no ese 11 de septiembre de 1973, si no que mucho antes, teniendo como fin esa fatídica fecha y abriendo en forma inmediata la otra historia que hasta nuestro días nos avergüenza como ciudadanos y personas de este planeta.
Socialmente hemos justificado la violencia como algo inherente al hombre, algo que esta presente casi en nuestros genes lo cual por biología, fisiología y genética no debiéramos discutirlo ya que la ciencia lo dice. Con este argumento nos hemos quedado, lo que nos ha permitido aceptar todo acto de barbarie en desmedro de la especie humana, y con este argumento estaríamos justificando lo ocurrido en septiembre del 73.
La violencia en la que se vieron sometidos nuestros compatriotas es una agresión que se arrastra de los inicios de la historia del hombre y que por el egoísmo de algunos no ha permitido ponerle fin, ya que la seguimos sosteniendo en le tiempo. Pero la violencia que se desató en esa parte de la historia, no sólo fue de dimes y diretes a través de la prensa, de la exacerbación de los medios, de los grupos de ultra derecha en contra de los de ultra izquierda y vise versa. Fue producto de una violencia económica, una violencia educacional, una violencia en el sistema de salud, en la distribución de los terrenos, una violencia en las míseras pensiones de nuestros viejos, una violencia legislativa. Ahora bien si nosotros en este momento hacemos un pequeño paralelo ¿No veremos similitudes en el tipo de violencia que nos golpea?, ¡es para pensar!
Esta fecha, tampoco es para sacar cuentas de pérdidas por bando, sino que es para hacer una introspección como personas para ver que es lo malo que tenemos y que lo llevamos al diario vivir con los demás, de que forma corroemos el convivir con los que no piensan ni actúan como nosotros, de que forma manchamos la inocencia de nuestros niños y de que forma sembramos en nuestra juventud el respeto por nuestros pares, por que ningún hombre esta por sobre de otro ni tampoco ninguno por debajo, todos somos iguales e importantes en esta construcción de la presente historia.
El condenar, sin mirar nuestras responsabilidades, es peligroso e incoherente; ya que permanentemente estamos enlodando lo que otros hacen sin darnos el tiempo y la responsabilidad de mirar como día a día contribuimos a nublar la sana convivencia entre personas, nube que tarde o temprano nos moja con la lluvia más ácida que pueda arrojar la atmósfera contaminada por nuestras incoherencias.
Pero toda historia tiene un final que debe ser modificado de forma dinámica y constante, por que nosotros somos los que le damos vida a dicha historia, es por eso que de nosotros depende que tengamos todos los días un final feliz y así al día siguiente otro final feliz, para que sin miedo y vergüenza nos podamos parar uno frente al otro y mirarnos a la cara con verdad y honestidad, no por un futuro mejor, sino por un presente mejor.

PAZ, FUERZA Y ALEGRIA
Parido Humanista de San Antonio.-